
Aborto legal para no morir y educación sexual para decidir
El 28 de septiembre, a las siete de la tarde, en Madrid, un grupo de mujeres llegaba a la glorieta Ruíz Jiménez con diversas pancartas, altavoces, pañuelos y un gran sentimiento de lucha en su corazón. Dentro de media hora se colocarían en medio de la Calle San Bernardo para servir de cabecera a la manifestación, que al igual que en otros puntos de España y del planeta, tendría lugar. Era el día global de la lucha por la despenalización del aborto y dentro de unos minutos empezarían las voces a alzarse para gritar bien alto y fuerte: aborto libre y seguro.
En 1984 nació la Red Mundial de Mujeres por los Derechos Reproductivos (RMMDR), organización a la que se fueron sumando mujeres y asociaciones de todo el mundo. Desde entonces llevan promoviendo campañas, concienciando a numerosos países, y ayudando e informando a las mujeres sobre su salud reproductiva. Han reivindicado derechos, denunciado injusticias y tratado temas como la autodeterminación, la anticoncepción, el aborto, la esterilización, la mortalidad materna, violencia contra la mujer, etc.
RMMDR está presente en todo el mundo, pero es en la región de América Latina y el Caribe donde tiene su origen en los años 90’, la fecha del 28 de septiembre como el Día de Acción para el Acceso al Aborto seguro y legal, dentro del cual se ubica, entre otras muchas actividades y reivindicaciones, la campaña por la despenalización del aborto. Esta fecha se eligió en recuerdo a la Ley del Vientre Libre aprobada en Brasil el 28 de septiembre de 1871, por la cual se liberaba de la esclavitud a los hijos nacidos de esclavos.
Así España desde el año 2009 se une a este movimiento. Aquel año tras diversas luchas y manifestaciones se aprobó la reforma de la ley de 1985 que regulaba el aborto, surgiendo así al año siguiente, Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, en la que se modificaban diversas condiciones.
Por ejemplo: se eliminaban los supuestos casos en los que era legítimo que una mujer abortase y se establecían plazos (aborto libre hasta la semana 14, hasta la semana 22 en caso de haber riesgo para la vida y salud de la mujer o anomalías en el feto y sin límite de tiempo si se descubriesen anomalías incompatibles con la vida o enfermedades incurables en el bebé); se permitía abortar a las mujeres de 16 y 17 años sin consentimiento externo, en todo caso que se informara a algún tutor legal, situación que no debía porque darse si la joven alegaba que al informar a alguna de las personas que tuvieran sobre ella la patria potestad causaría algún tipo de violencia familiar, malos tratos, coacciones, etc.
Sin embargo, esta ley en España fue reformada de nuevo en 2015 y por ejemplo el derecho al aborto sin consentimiento paterno para las mujeres de 16 y 17, establecido anteriormente, quedaba suprimido. No es raro pues, que a las siete y media de la tarde, junto a las mujeres de entre 30 y 60 años, veamos a chicas de entre 15 y 20 años pronunciándose en el día de hoy por sus derechos. Precisamente, nada más situarse en la calzada, la asociación organizadora, en este caso, Movimiento Feminista de Madrid (@FeminismoMad) procedió a la lectura de un manifiesto, en donde se exponían las diversas situaciones de injusticia o dificultades por las que las mujeres que quisieran abortar en España tienen que pasar, en este manifiesto se encontraba por ejemplo, la reivindicación de las mujeres de 16 y 17.
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Daban casi las ocho cuando la manifestación empezó a andar. A la cabeza, tres chicas jóvenes con un megáfono iban cantando diferentes consignas. Entre ellas se encontraba Carlota, la encargada de prensa para esta manifestación, que respondió a algunas preguntas para nuestra revista:
¿A qué peligros se exponen las mujeres que se encuentran en la situación de tener que abortar tanto en España como en otros países?
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La mujer queda así condenada a la clandestinidad sea cual sea su situación. Por una parte, pudiendo abortar pero sin poder confiar en su círculo cercano o en los propios médicos. Se ve obligada por propia presión de la sociedad a pasar por esta situación traumática sin el suficiente apoyo psicológico o emocional. Desde guardar silencio, hasta hacer como si nada hubiera pasado o no pudiendo descansar al tener que seguir llevando una vida con personas a quienes no puede contarles la verdad. Y por otra parte, la clandestinidad en el propio proceso de abortar, donde las mujeres se ven obligadas a viajar a otros países, o incluso a día de hoy a provocarse o realizarse ellas mismas ese aborto.
Tanto por las escasas condiciones sanitarias como por las condenas que siguen existiendo en muchos países, la consecuencia es en más casos de los que cualquiera quisiese contar, la muerte. Todo esto se agrava cuando se añaden situaciones de inmigración, de pobreza, de maltrato familiar, etc.

La manifestación continuaba. El objetivo era recorrer toda la calle San Bernardo hasta llegar al Ministerio de Justicia, delante del cual se realizarían una serie de actos.
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Cuatro furgones policiales, dos delante y dos detrás escoltaban la manifestación y una veintena de policías se situaba a lo largo de la manifestación. La manifestación transcurría entre las consignas que se gritaban con rabia y las que se gritaban entre alegría y risas. Los gritos de las manifestantes eran acompañados y elevados por el ritmo de los diferentes instrumentos de percusión de la batucada, al ritmo de la cual se cantaban los lemas y avanzaba la manifestación.
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Justo delante de esta, un grupo de cuatro manifestantes portaba sobre sus hombros, cual costaleras, el llamado “Coño en procesión”. Una escultura de la vulva, es decir, la parte externa y visible del órgano sexual femenino, la cual iba ataviada como una virgen de Semana Santa, incluso la bailaban y mecían al ritmo de la música. Este gesto se llevaba a cabo debido a que recientemente se ha reabierto la causa contra la procesión de la misma índole que se realizó en Sevilla en 2014, denominada la procesión del Coño insumiso por la cual se pretendió condenar a las mujeres que la llevaron a cabo con multas de hasta 3000€.
De hecho, en el manifiesto leído anteriormente se pedía que no se criminalizase este acto, y además, la asociación organizadora, Movimiento Feminista de Madrid, había confeccionado una pancarta en apoyo a las compañeras de Sevilla.
En la calle además de manifestantes y policías, se podía ver a algunas personas que se unían a la manifestación y otras que simplemente miraban. Miraban con expresión de felicidad al compartir los mismos ideales; o con expresión alarmada y de estupefacción, como aquella monja delgada y vestida de blanco que se alejaba de la muchedumbre por la calle del Divino Pastor mirando hacia atrás continuamente; o incluso con expresión de rabia y desagrado, como fue el caso de algunos señores que manifestaron su descontento increpando a las manifestantes y profiriendo gestos y palabras de insulto, a los cuales llamó la atención y alejó la policía nacional.
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Finalmente a las nueve, la cabecera llegaba al Ministerio de Justicia. La calle San Bernardo se veía inundada de gente y no se alcanzaba a ver el final de la cola de manifestantes. Se procedió a leer de nuevo el manifiesto, se colocó la figura de la procesión delante de la puerta del edificio y se desplegó la pancarta por las compañeras de Sevilla. Casi todos los asistentes se sentaron para escuchar la lectura, mientras numerosos fotógrafos se movían como moscas alrededor de toda la escena lanzando sus flashes para fotografiar el acto en la ya oscuridad de la noche.
Antes de que terminara la manifestación, Carlota volvió a contestar a algunas preguntas para la revista, entre ellas:
¿Qué consecuencias tiene el que no se imparta educación sexual en las escuelas?
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Así la sociedad a día de hoy sigue desconociendo su cuerpo, cómo debe cuidarse, cómo debe ser tratado… Todavía es un tabú y muchos jóvenes crecen sin conocer la mayoría de métodos anticonceptivos, sin saber todas las consecuencias de usarlos u no usarlos. La desinformación es lo que predomina alrededor de temas como el aborto, por lo que se dan situaciones en las que las personas no saben a dónde acudir, qué deben hacer, quién les puede ayudar, con quién pueden hablar, etc. Y como comentaba algunas de las entrevistadas maduran utilizando como fuente de conocimiento la sociedad mediatizada y audiovisual que les rodea, la cual no se ajusta a la realidad y solo fomenta comportamientos dañinos y tóxicos para las relaciones.
Así, con esta particular virgen, en cuya parte delantera rezaba la frase “no soy virgen pero hago milagros”, los policías terminando de realizar su trabajo y apostados delante de la puerta del ministerio y las manifestantes gritando los últimos lemas, la gente se iba dispersando.
Mientras recogían sus cosas o se dirigían al metro de Noviciado, algunos iban comentando los cambios que deberían darse en la sociedad, tanto en las leyes como en el sistema educativo; otros con pesimismo hablaban del poco caso que el gobierno y los políticos hacían a estos actos; algunas más jóvenes se sentía emocionadas por haber acudido a su primera manifestación; otras se habían quedado sin voz de tanto gritar pero con el hilo de voz que les quedaba conversaban sobre la libertad que deberían ganar las mujeres e iniciaban frases con “te imaginas…” y soñaban con un futuro en donde los derechos que hoy han reivindicado se alcanzasen algún día, que esperaban, no fuera muy lejano.

