
Charlize Theron o cómo hacer las cosas bien

Si no habéis visto Atómica (Atomic Blonde), ya tenéis plan para esta noche. Charlize Theron ha vuelto a encarnar a un personaje extraordinariamente empoderado, fuerte e independiente, pero no nos pilla por sorpresa. Y es que Charlize se está acostumbrando a ser el ejemplo de cómo hacer las cosas bien.
Desde hace unos años, la actriz sudafricana ha estado luchando contra las injusticias relacionadas con la mujer y se ha manifestado abiertamente feminista. El hecho de denunciar la situación estando dentro de la industria de Hollywood, que sigue siendo sexista, es una responsabilidad enorme. Siendo consciente de su gran repercusión mediática, está contribuyendo a la visibilización y la lucha de la mujer.

Durante una entrevista para ELLE UK de junio de 2015 afirmó que se negaba a ser cosificada y ser plasmada como un objeto sexual en sus películas. Estuvo durante dos años sin trabajar por rechazar múltiples papeles que iban en contra de su ética.
Y es que, en efecto, en prácticamente todos los filmes en los que aparece (sobre todo en los últimos 5 años) representa una mujer empoderada, que no necesita de nada y nadie para valerse por sí misma. The Huntsman: Winter’s War, Snow White and the Huntsman, Atomic Blonde, Mad Max: Fury Road, Young Adult, entre otras, pasan el test de Bechdel y la mayoría tienen protagonistas femeninas.
En Atómica vemos a Theron convertirse en Lorraine Broughton, una espía de alto nivel del MI6 enviada a Berlín durante la Guerra Fría con la misión de acabar con una peligrosa red de espionaje. No es solo un personaje muy fuerte y capaz, su interés romántico es Delphine, una mujer. ¡+1000 por la representación LGTBQ+!

La actriz sudafricana afirma que quería este papel especialmente para demostrar que un rol reservado para personajes masculinos tradicionalmente (veáse James Bond) puede ser interpretado por una mujer y que, en efecto, es capaz de hacerlo. No es la primera vez que denuncia el abanico tan reducido de roles que interpretan las mujeres en la gran pantalla.
En cuanto a Mad Max su personaje de Imperator Furiosa le robó el protagonismo a Max (Tom Hardy). Y más que robarselo, se lo ganó con creces. Durante una entrevista en el Festival de Cannes de 2015 le preguntaron a la actriz si consideraba Mad Max: Fury Road una película feminista:
‘‘Lo más poderoso es que George (el director) no tenía una agenda feminista bajo la manga y creo que eso es lo que hace que esta historia sea aún más poderosa, especialmente cómo las mujeres están representadas en ella, porque es muy sincera y le aplaudo por ello.
Creo que cuando decimos ‘feminismo’ la gente se asusta un poco porque es como si nos pusieran en un pedestal. Pero George tiene esta comprensión innata de que las mujeres son tan interesantes y complejas como los hombres y le interesaba descubrir eso. Fue por accidente que la película se convirtió en feminista a través de su necesidad y deseo de encontrar la verdad, hizo una increíble película feminista’’.

Es necesario comprender que la palabra feminismo no tiene que darnos miedo. Y así lo defendía la propia Charlize durante la entrevista de ELLE UK, mientras denunciaba la brecha salarial en Hollywood:
«Este es un buen momento para que llevemos esto a un lugar justo, y las niñas necesitan saber que ser feminista es algo bueno. No significa odiar a los hombres. Significa igualdad de derechos. Si estás haciendo el mismo trabajo, deberías ser compensado y tratado de la misma manera «.
La actriz sudafricana también ha denunciado la presión a la que están sometidas las mujeres por envejecer y que no es necesario cumplir unos cánones, que cualquier edad es válida.
Charlize Theron no para de sorprender y podemos augurar que no será la última vez que lo haga. Ojalá siga sirviendo de ejemplo en el mundo de Hollywood, lugar en el que el color violeta brilla por su ausencia.

