Personalidades

Cuando el sistema falla nosotras somos asesinadas

Jessica, en los medios se preguntan qué falló, dicen que tu expareja era un “obseso del gimnasio”, como si eso fuese lo más relevante del ser que te arrancó la vida. Porque sí, te la arrancó, no hay otra forma de decirlo. Te arrancó, te sacó a la fuerza de este mundo, te separó de nosotras.

Imanol Castillo no era un enfermo ni un psicópata, ni un obseso como dicen otras personas por ahí. No, Imanol era un buen hijo del patriarcado y por eso te maltrató durante seis años antes de asesinarte a balazos. Delante de tu hijo.

Tuviste el valor de alejarte de él, después de aguantar seis años de palizas, de sufrimiento, de maltrato psicológico, te armaste de valor antes del verano y trataste de empezar de nuevo. Solo tenías 28 años. Le denunciaste, porque es lo que nos dicen que acabará con todo, porque solo así podrías ser feliz, por fin.

No fue así. Aunque denunciaras, aunque te alejaras de él, no fue así. Si el sistema funcionara, Jessica, hoy yo no estaría escribiendo esto. Te cambiaste de pueblo, te cambiaste de trabajo, cambiaste toda tu vida para huir de un hombre y proteger, contigo, a tu hijo.

No funcionó. No funcionó la denuncia, no funcionó la orden de alejamiento, tampoco la de comunicación. Imanol siguió acosándote, te seguía llamando por teléfono, seguías teniendo miedo. Y, aunque avisaste a la policía, Imanol ni siquiera pisó los calabozos. Eso es lo que le importa al sistema que una mujer viva con miedo constante a que la maten, Jessica. Eso fue todo lo que les importaste.

A Imanol le arrestaron, pero le soltaron después. Le soltaron y él hizo lo que tanto temías. Te asesinó. Minutos después de las cinco de la tarde del miércoles 8 de octubre, cuando fuiste a recoger a tu hijo al colegio, cinco balazos acabarían contigo. Tu hijo, que lo vio todo, lloraba y gritaba. Todo lo que hiciste para protegerlo, no sirvió para nada. La denuncia no sirvió para nada. Ayer, a las 16:30, tu cuerpo no pudo con las heridas y dejaste de existir, Jessica. Elda, el pueblo que fue testigo de tu brutal asesinato, hoy grita tu nombre.

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Vecinos de Elda manifestándose contra la violencia machista tras el asesinato de Jessica. Fuente: Agencia EFE

Imanol cumplió con su propósito y después de todo, se metió en la boca la misma pistola con la que te había matado y apretó el gatillo. Se voló la cabeza metido en su coche, cuando huía después del asesinato. Todo esto delante de padres y madres del colegio, niños y niñas evidenciando como el sistema falló.

La Fiscalía dice que estabas desprotegida, lo admiten. Pero ya no sirve, ¿verdad? Ya no sirven los apoyos, ya no sirven los lloros, ya no sirve llevarse las manos a la cabeza. Porque ya no estás. ¿Cuántas más habrá como tú, Jessica? ¿Cuántas más son víctimas del terrorismo machista a ojos del sistema?

Hemos vuelto a fracasar y por eso ya sé que no hay “lo siento” que valga ya. Solo puedo jurarte que seguiremos luchando, el feminismo ahora lleva también tu nombre, Jessica Bravo Cutillas, y seguiremos luchando por ti, por todo lo que te quedó por decir y por vivir. Seguiremos luchando contra este sistema que nos oprime y nos asesina, seguiremos luchando porque se deje de culpabilizar a las víctimas de la violencia de género. No tuviste la culpa, Jessica. Que la tierra te sea leve.

 

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