Personalidades

Hatshepsut, la faraona borrada de la historia

Hace tiempo os hablamos de Cleopatra y desmontamos su leyenda, hoy toca sacar a la luz la historia de Hatshepsut, la faraona borrada de la historia y una de las pocas reinas  que hubo en Egipto.

Hatshepsut.jpg
Estatua de Hatshepsut en el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York

¿Quién era Hashepsut?

Hatshepsut, que significa «La primera de las damas nobles», fue hija de Tutmosis I y Ahmose. No se conoce el momento exacto de su nacimiento, pero se cree que fue en Tebas en torno al año 1500 a.c. Tuvo varios hermanos que murieron a temprana edad, quedando como únicas sucesoras ella y su hermana mayor Neferubity, que acabó muriendo también siendo aún joven. Sin embargo, cuando Tutmosis I murió, y aunque nombró como heredera a Hatshepsut, una conjura en las altas esferas políticas encabezada por Ineni, arquitecto y oficial del gobierno, pusieron al medio-hermano, hijo de Tutmosi I y una segunda esposa de este, Tutmosi II, en el trono.

Hatshepsut, con el orgullo tocado y relegada a un segundo plano, se casó con Tutmosi II con el que tuvo dos hijas. El nuevo faraón no duró mucho y murió al poco tiempo, aún cuando sus hijas seguían siendo pequeñas. Parece ser que Ineni no soportaba ni imaginar que una mujer podía subir al trono de las «Dos Tierras» y volvió a abrir una crisis sucesora para que ni las hijas de Hatshepsut ni ella heredasen el puesto. Volvió a salirse con la suya y consiguió que Tutmosi III, hijo que tuvo el antiguo faraón con una concubina, llegase al trono. Pero Hatshepsut no iba a quedarse con los brazos cruzados otra vez, y aprovechando que Tutsomi III era aún muy pequeño, asumió la regencia. Era la primera vez en la historia de Egipto que una mujer que no era madre del faraón tomaba ese puesto.

Desde esa posición, y con ayuda de los vínculos que había creado anteriormente con personalidades muy importantes como Hapuseneb y Senenmunt, alejó a Ineni de la esfera política, pospuso de manera indefinida el matrimonio entre su hija Neferura y Tutsomi III y se autoproclamó faraona de Egipto.

Reinado

Su reinado duró 22 años, el más largo de una mujer en Egipto y uno de los más exitosos de toda su historia. Hatshepsut asumió todos los atributos masculinos que vienen con su cargo excepto el de «Toro poderoso» haciéndose representar a partir de entonces como un hombre y adornándose con una barba postiza.

Esfinge de Hatshepsut, la primera esfinge de una mujer-faraón

Uno de los aspectos más importantes de su reinado fue la actividad constructora que llevó a cabo. Se encargó de limpiar y arreglar los daños provocados por la guerra civil que hubo en época de su abuelo y encargó numerosos templos, edificios, obeliscos y adornos de todo tipo para muchas ciudades del país. La construcción más importante fue el templo que mandó hacer en la necrópolis de Tebas: el Templo funerario de Hatshepsut.

Templo funerario de Hatshepsut

Una increíble construcción encargada a Senenmunt y que es considerada «uno de los monumentos incomparables del Antiguo Egipto».

Hatshepsut seguía compartiendo el trono con Tutsomi III, que estaba creciendo y empezaba a reclamar el poder para él. Ella tampoco se conformaba con la corregencia y pretendía instaurar una dinastía femenina. Lo tenía todo planeado cuando su querida hija Neferura, ya proclamada heredera, murió repentinamente y acabó con todas las posibilidades que tenía frente a Tutsomi III.

La muerte de su hija, unida a la de sus dos grandes apoyos, Senenmunt y Hapuseneb, supuso un gran golpe para la reina, que fue deteriorándose y apartándose del poder mientras que Tutsomi III cada vez se encontraba más fuerte. Finalmente, acabó muriendo en su palacio de Tebas en torno a los cuarenta o los cincuenta años.

Tras su muerte

Tutsomi III asumió el poder completo y comenzó una campaña de olvido contra su madrastra. Todos los vestigios de su reinado fueron literalmente borrados: su nombre de los textos, su figura de los templos y su huella en todo lo que hizo.

En la actualidad, muchos la conocen con el apodo de mujer-hombre, se dice que fue usurpadora del trono, aunque eso no fue así porque su poder estuvo completamente legitimado por el pueblo y la esfera pública, o la limitan a la supuesta historia de amor que tuvo con el arquitecto real Senenmunt. Sin embargo, la historia debería darle el lugar que se merece: el de una de las mejores gobernantes del Antiguo Egipto que reclamó el puesto que le pertenecía por dinastía a pesar de los obstáculos puestos por un poder machista.

Ultimas noticias

En 2016 el German Archaeological Institute hizo un descubrimiento que añadió luz a toda la historia de Hatshepsut: se encontraron representaciones en templos de la reina con atributos femeninos. Según el propio comunicado: «En el reinado de Tutmosis III, todas las menciones a Hatshepsut fueron borradas y, las representaciones de su figura femenina, reemplazadas por imágenes del difunto Tutmosis II”.

Las líneas rojas marcan la representación femenina de Hatshepsut, que fue sustituida por imágenes de su padre

Esto ha supuesto un descubrimiento increíble ya que apenas existen restos arqueológicos de la época. Además, afirma lo que ya se sospechaba: al principio de su reinado se mostraba al público como mujer pero, a medida que iba avanzando en el tiempo y la sombra de la amenaza de su hijastro crecía, se caracterizaba de hombre. Lo que sea para mantener su trono. Pero a mí se me queda en la cabeza una pregunta, ¿hasta qué punto Hatshepsut se masculinizaba a sí misma o ha sido masculinizada por la historia tras el reinado de su hijastro? Esperemos que la ciencia nos descubra la realidad…

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *