
La historia de María Magdalena

Poco sabemos sobre la figura de María Magdalena más que unas cuantas leyendas y lo que pone en la Biblia. Se dice que fue una prostituta, que se arrepintió de sus pecados y siguió a Jesús hasta el final, incluida su resurrección. Durante gran parte de la historia, la Iglesia Católica la ha tachado de adúltera, llorona e incluso entrometida. Ha sido relegada a un segundo plano en la tradición cristiana y, a veces, incluso olvidada. No ha sido hasta hace un par de años que el Papa elevó a María Magdalena a tener su propia festividad como Santa María Magdalena. ¿Pero por qué ahora y no antes? ¿Quién fue realmente María Magdalena?
Lo que se sabe
Dejando a un lado si Jesús existió o no, lo que sabemos sobre María Magdalena es lo que pone en los evangelios canónicos (aceptados por la Iglesia Católica) y los apócrifos (los que no están aceptados, y por tanto, no aparecen en la Biblia).
Según los distintos evangelios, María Magdalena fue una mujer muy cercana a Jesús, a la cual le fueron sacados siete demonios. Se le nombra muchas veces junto con otras mujeres y se les atribuye un papel de manuntención, como por ejemplo en Lucas 8, 1-3.
1 Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, 2 y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y
otras muchas que le servían de sus bienes.
También, según el evangelio de Juan en Ju 20-11,16, fue a la primera que se le apareció Jesús una vez resucitado.
11 Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; 12 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. 13 Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. 14 Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. 15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. 16 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo:
¡Rabboni!
Y los cuatro evangelios canónicos coinciden en que María Magdalena, junto a otras mujeres, fueron las únicas que acompañaron a Jesús cuando este fue crucificado. Además, en ningún momento se menciona que fuera una prostituta. Entonces ¿de dónde sale toda esta mala fama?

La iglesia de las mujeres
Si analizamos los datos de los evangelios solo podemos llegar a la conclusión de que María Magdalena era una de las principales fieles de Jesús y que fue una pieza clave en el nacimiento del cristianismo. De hecho, durante los inicios de esta religión existían muchas corrientes, una de ellas la de María Magdalena, que tenía su propio evangelio (porque supongo que si contemplas en primicia la resurrección de tu dios tienes muchas cosas que contar). Durante esta época, las mujeres tenía una gran importancia dentro de la iglesia: podían dirigir actos religiosos, tenían un papel activo e incluso eran las encargadas de propagar el cristianismo. Hasta que la rama del cristianismo de San Pedro triunfó sobre las otras y las mujeres fueron pasando a formar un segundo plano.
Pedro era uno de los apóstoles más importantes de Jesús, y según su evangelio, él era el encargado de edificar la Iglesia. La rivalidad entre Pedro y María Magdalena era bien conocida entre todos y así ha quedado reflejado en varios textos de distintos autores. En el Evangelio apócrifo de Santo Tomás, Pedro aparece diciendo la siguientes palabras:
“Que se vaya María de entre nosotros, porque las mujeres no son dignas de vida”
“¿Pero es que, preguntado el Señor por estas cuestiones, iba a hablar a una mujer ocultamente y en secreto para que todos (la) escucháramos? ¿Acaso iba a querer presentarla como más digna que nosotros?”
Si esto fue así, es más que evidente el por qué a María Magdalena se le asoció la imagen de prostituta y esa mala fama que fue cogiendo a lo largo de la historia.
Qué hubiera pasado

El cristianismo fue en sus inicios una religión de mujeres. En los evangelios se destaca el papel de estas y cómo fueron fieles seguidoras de Jesús. María Magdalena fue una de las que financiaron todo lo que los apóstoles iban haciendo y tenía un papel activo dentro del movimiento.
Sin embargo, en el momento en que triunfó San Pedro y la religión empezó a jerarquizarse y ser oficial, las mujeres fueron relegadas. Se utilizó a María Magdalena como una segunda Eva, una mujer lasciva que lleva al hombre al pecado, pero esta vez y a diferencia de la mujer original, María se había arrepentido.
Hace un par de años, en una estrategia de modernización de la Iglesia, María Magdalena pasó a llamarse «apóstol de los apóstoles» y consiguió tener una festividad en su nombre con misa incluida. Parece que poco a poco se está rescatando una imagen más acertada, o al menos más cercana, a lo que pone en la Biblia pero no podemos de dejar de pensar qué hubiese supuesto el triunfo de María Magdalena en el cristianismo.


Un comentario
Malakh Levi
Esto es una imbecilidad. María la de Magdala sólo aparece en el evangelio de Lucas como la endemoniada a quien Jesús expulsa 7 demonios, lo demás es una invención de una esquizofrénica llamada María Blavatsky, que dijo haber canalizado a María Magdalena basándose en el error cometido por un Papa cuyo nombre no recuerdo, que confundió a María de Betania, hermana de Lázaro, con la tal María Magdalena, hermana de otro apóstol. La iglesia oriental diferencia a ambas marías. Y si alguna de ellas pudo haber sido la esposa de Jesús ateniéndonos a los evangelios, èsta fue con seguridad María de Betania que en los cuatro evangelios es nombrada como la que encendía velas en espera de Jesús, tarea que sólo hacían las esposas. Es demencial la incultura de la iglesia cristiana occidental y la de su perverso y mentiroso medio.