Personalidades

«Asociación Moradas es aprendizaje constante»


La semana pasada, Laura Carrasco y Luz Herrero, presidenta y videpresidenta de la Asociación Moradas, nos contaron, en la entrevista que concedieron a las Gafas Violetas, qué era y qué hacía Moradas. Hoy conocemos a Isabel de Arriba e Inés Arnaiz, dos militarias de la asociación, y a dos estudiantes que están realizando sus prácticas universitarias con Moradas, Mar Mancheño y Xana Mateos. Las cuatro nos cuentan su experiencia con la asociación y qué es lo que han aprendido al acercarse y trabajar con mujeres sin hogar.

El término “militarías” viene de dos conceptos: el voluntariado y la militancia. Asociación Moradas quiere transmitir que ellas no entienden la acción por la acción, sino la acción con un contexto político y crítico feminista con el objetivo de cambiar una realidad. Es decir, no están de acuerdo con la idea del voluntariado, de ir a ayudar en una determinada causa, conocer una situación, y no hacer nada. Conciben que con esa información y experiencia, se debe denunciar, reivindicar y, políticamente, intentar cambiar la situación.

¿Cómo es trabajar con Asociación Moradas? ¿Qué es lo que hacéis?

Inés: En el tiempo que llevo con ellas, hemos ido a los centros de acogida. Hay veces que pensamos en hacer voluntariados en otros países, pero es que a la vuelta de la esquina hay alguien que nos necesita. A veces, incluso solo para charlar y pasar un buen rato. Con las mujeres del centro hicimos muchas actividades, sobre todo, hablar de la mujer a lo largo de la historia, del patriarcado, etc. Recuerdo esta actividad porque para ellas fue abrir los ojos, se veían reflejadas, ya que muchas han sufrido en algún momento de su vida acoso o violencia de género. Fue una experiencia dura pero me llevo muchas cosas positivas.

Isa: Para mí, formar parte de Asociación Moradas significa aprendizaje constante. Por un lado aprendo de mis compañeras. Y por otro, una vez que entramos al grupo de mujeres de los centros, aprendo de ellas, porque muchas veces no somos conscientes de la situación de las personas sin hogar. Pasamos por delante, sabemos que están ahí, pero nunca pensamos en ellas, y en qué las ha llevado ahí. En ocasiones, las mujeres nos cuentan historias, que te hacen pensar en que mañana puede que te empiecen a fallar varias partes de tu vida y te veas en esa situación. En definitiva, el trabajar con Asociación Moradas me han enseñado a ver las cosas de un modo real y no con la venda del patriarcado.

Mar: Yo conocí Asociación Moradas porque era una de las prácticas que ofertaba nuestra universidad y me dio curiosidad la perspectiva feminista aplicada al trabajo con mujeres en exclusión social. Nosotras, sobre todo, la actividad que hacemos son las rutas feministas. Salimos desde Antón Martín, y vamos yendo por diferentes zonas buscando a mujeres que se encuentren en situación de calle. Nos acercarnos, nos sentamos a hablar, mantenemos una conversación, y les explicamos lo que es la asociación y los proyectos que hacemos.

Xana: Sí, como, por ejemplo, los lunes de merienda “Nos ponemos Moradas”, cuyo objetivo es que tanto nosotras como mujeres sin hogar podamos reunirnos, ayudarnos, estar en un lugar donde sentirnos seguras y tratar su problemática.

Mar: La idea es que podamos crear un grupo de apoyo y sororidad, donde ellas se sientan cómodas y nos cuenten cómo viven su situación, su día a día, sus necesidades, etc.

En cuanto a la situación de las mujeres en los centros, ¿qué importancia creéis que habría en que fuesen no mixtos?

Isa: Una cuestión importante es que los propios profesionales de los centros no tienen ningún tipo de formación en género, la cual es muy importante, porque como decíamos antes, la mayoría de mujeres han sufrido situaciones de violencia de género. Puede ocurrir que una mujer se decida a contar algo que le ha sucedido con su pareja, o un desconocido y resulta que no se la puede ayudar, porque no se entienda o se minusvalore la situación.

Inés: Los espacios no mixtos son algo muy importante para las mujeres, ya que son espacios en los que podernos sentir cómodas, donde no se va a despreciar lo que se diga y se va a tener en cuenta. Eso no quiere decir que no haya opiniones contrarias, sino que son lugares y momentos en los que las mujeres nos podemos desnudar completamente.

Isa: Otra cuestión que definitivamente no ocurriría si hubiese centros no mixtos, es que en muchas ocasiones, mujeres que han sufrido violencia de género por parte de hombres en la calle, se reencuentran con sus agresores en los centros a los que acuden y por tanto, se encuentran desprotegidas una vez más dentro de la propia red.

¿Cómo pensáis que ve la sociedad actualmente a las personas sin hogar?

Xana: Todo el mundo suele atribuir a las personas sin hogar un perfil, que si son agresivos, que si tendrán algún tipo de adicción, que no pertenecen a la sociedad porque son unos vagos y quieren vivir de las ayudas, que si se lo han buscado, etc. Y el hecho de estar haciendo estas rutas, te hace acercarte a la realidad y conocer la falta de herramientas que hay, y que nadie les da, porque con un bocadillo tú no sales de esa situación.

Mar: Es un colectivo totalmente invisibilizado. Tuvimos en una de las rutas una mujer que la habían robado, estaba gritando y nadie se paró a preguntarle qué le había pasado, si estaba bien o no. Todo el mundo seguía de largo, nadie la atendía ni se preocupaba.

Si tuvierais delante a alguno de los líderes  de los cuatro principales partidos políticos, ¿qué le diríais?

Isa: Yo más que decirles algo, les aconsejaría que dejasen de agarrar tan fuertemente sus privilegios, porque antes o después los van a perder. Llevamos muchos años luchando desde el feminismo y vamos a seguir haciéndolo y cada vez más fuerte.

Xana: Yo les invitaría a que hablasen con una mujer sin hogar, para que se diesen cuenta y fuesen conscientes de lo que están viviendo y sufriendo. Creo que es la mejor forma de que se enteren de lo que están pasando.

Mar: Si se quiere cambiar la situación en la que viven, por ejemplo, las personas sin hogar, hay que sensibilizarse tal y como pretende Asociación Moradas. Hay tanto que hablar con las mujeres sin hogar, para conocer su historia y ver cómo se las podría ayudar, como acercarse a los servicios que están a su disposición para ver lo que hacen y las carencias que tienen. En definitiva, crear empatía por este colectivo.

Inés:  Le diría que escuchasen, que escuchasen a las mujeres, que a lo largo de la historia hemos sido invisibilizadas, y sobre todo, que escuchen a las mujeres sin hogar, que se pongan manos a la obra. Esto tiene que empezar a cambiar, y la estructura social patriarcal sobre la que vivimos la vamos a destrozar. Es el momento de hacer una política feminista. Nos queremos libres, vivas, diversas, combativas y feministas.

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