La píldora anticonceptiva, nuestras realidades y experiencias

Tenía 17 años cuando empecé a tomar la píldora anticonceptiva. Cuando llevas toda tu vida con una menstruación muy irregular dejas de prestar atención a si se retrasa o se adelanta. Deja de importante demasiado estar sangrando mucho o poco porque es lo normal en ti. Pero sangrar, de forma muy escasa, durante nada más y nada menos quE un mes es cuanto menos alarmante. Así que me planté en el médico y le conté lo que me pasaba. Sin analítica, sin revisión ginecológica, me recetó las pastillas anticonceptivas. Mi médico no me informó sobre los efectos secundarios y tampoco me preocupé demasiado cuando llegué a casa y abrí ese prospecto gigantesco. Pues como cualquier otro medicamento, todo tiene efectos secundarios, ¿no? Estuve dos años tomándolas y, además de notar que mi humor era una montaña rusa, engordé diez kilos. Fue de una forma tan progresiva que casi no me di cuenta. Entonces un día estaba en un probador, con una luz horrible sobre mi cabeza, y pude ver cómo mis piernas estaban llenas de bultos. Por genética, nunca tuve celulitis así que esos bultos por todas mis piernas eran fruto de la retención de líquidos. Dejé la píldora. Los bultos desaparecieron, los cambios de humor también. Perdí todo el peso que había cogido. Pero un año después, la regla dejó de bajarme. Estuve tres meses así. Fui al médico, y me aconsejó que me tomara una pastilla para obligar a mi cuerpo a menstruar. No la tomé. Fui al ginecólogo y para mi sorpresa, después de hacerme una ecografía y una analítica, descubren que tengo Síndrome de Ovarios Poliquísticos. ¿La solución? Pastillas anticonceptivas. La conversación fue algo así: — No me gusta mucho la idea de las anticonceptivas. Me provocan retención de líquidos, la última vez engordé 10 kilos. —Bueno, no pasa nada si engordas, que estás muy delgada. La píldora anticonceptiva no es en absoluto una solución al Síndrome de Ovarios Poliquísticos, es más, lo único que hace es ocultar el problema durante unos años, pudiendo, incluso, agravar sus efectos a largo plazo. Al final me recetaron de nuevo la píldora anticonceptiva, una llamada Liofora diario. El doctor me aseguró que con esta no iba a retener líquidos. Pero el problema aquí era otro y, de no haber investigado previamente sobre ello, ahora mismo estaría tomándola sin saber las consecuencias que puede traer.  Testimonio #19 Este tipo de píldora es una de las muchas anticonceptivas hormonales combinadas que existen en el mercado. Ya os hablamos anteriormente sobre este tipo de píldoras. Contienen una hormona que duplica o triplica el riesgo de padecer coágulos sanguíneos graves. De hecho, Bayer ha tenido bastantes problemas por ello. A consecuencia de todas las denuncias que acumuló la farmacéutica y de todo el daño causado a otras personas, se propuso una mejora de los prospectos de estos medicamentos. Esa mejora es, básicamente, que ahora el prospecto es, literalmente, un libro en el que te informan, algo más extendidamente, que sí, puede que sufras unos pocos coágulos de sangre por tomar esta píldora. Vamos, casi nada. Testimonio #20 Lo que estáis leyendo no es un alegato contra la píldora o contra los métodos anticonceptivos hormonales. Es más bien, un alegato contra el desconocimiento hacia nuestro propio cuerpo. Es un alegato en contra de la falta de investigación y la falta de atención hacia un problema que afecta a un gran número de personas en todo el mundo. Denuncié todo esto en mis redes sociales y me di cuenta de la magnitud del problema. Solamente en mi círculo cercano, 15 mujeres hablaron conmigo y me contaron que ellas también habían tenido muchos problemas con las pastillas anticonceptivas. Se repetían situaciones: médico que receta sin analítica o revisión, dolores de cabeza constantes, subidas de tensión, retención de líquidos, disminución de deseo sexual, cambios de humor, inestabilidad emocional, ansiedad, depresión. Todas tenían algo que decir. Algo a lo que nadie presta atención, algo que la comunidad médica parece ignorar.  Yo he tenido que dejarla porque, a pesar de haberme dicho el ginecólogo que era la mejor, me venía causando muchísimos cambios de humor y dolores de cabeza y me ha hecho tener mucha más ansiedad. Es alucinante que no investiguen algo tan común, que lo usan tantísimas personas y que nos causa tantos problemas. En cuanto a las píldoras anticonceptivas, yo jamás he podido tomarla porque tengo una cosa que se llama Factor V Leiden en la sangre. Si la tomo hay mucho riesgo de trombosis porque la píldora tiene un componente que puede activarlo. Imagínate lo que son las anticonceptivas. A mi me recetó mi ginecólogo las mismas pastillas que a ti y las he tenido que dejar de tomar. Las tomé durante 5 años y he tenido muchísimas infecciones de todo. Las he dejado y ni una sola infección. Yo te recomiendo que no te las tomes. Tomar la píldora provocó que padeciera depresión, ansiedad, bruxismo y un síndrome de piernas inquietas, el cual todavía sigo teniendo. Por culpa de la píldora tuve que gastarme más de 500 euros en fisioterapia y fue, precisamente, el fisioterapeuta el que me aseguró que la píldora era la causante de todo esto. Lo que yo he notado es que mi líbido ha bajado desde que la tomo. Además, cuando mantengo relaciones, tengo que usar lubricante ya que, aunque esté excitada, no lubrico como antes. He llegado a pensar que nos lo vendieron como una revolución femenina, sin embargo, después de años ni las han mejorado, después de todos los problemas que presentan. Con 15 años me las mandaron para el acné y porque tenía unos dolores menstruales horribles. Ninguna de las dos cosas mejoró. Tomé distintas marcas, también el anillo vaginal y todo fatal. El dolor menstrual no pasaba, llegué a tener anemia, cambios de humor horribles hasta llegar a la depresión. Sufrí mareos y engordé muchas veces.                                         – Diana Ir de píldora en píldora, probando diferentes marcas y diferentes fórmulas, es la única solución que nos proponen. Tómate esto durante tres meses, si no te funciona, probamos otra. Testimonio #22 El problema reside aquí en el hecho de que no se nos educa sobre nuestro cuerpo o, al menos, no en condiciones. Es un problema social que afecta no solo a algo tan básico como nuestra vida sexual sino también a nuestra salud, con casos como estos. Es posible que haya personas, de hecho, sé que las hay, que tomen pastillas anticonceptivas y estén felices con ellas. Lo único que pretendo con esto es que todas las personas que estén tomándolas sean conscientes de qué es exactamente lo que le están dando a su cuerpo. Parece que la píldora anticonceptiva funciona como un cajón desastre. Sea lo que sea que te pase, la píldora anticonceptiva tiene la solución y, realmente, hay una enorme cantidad de vías, además de la píldora, pero requieren un conocimiento pleno de nuestra anatomía y hay muy poco interés en esto porque implica formarnos y empoderarnos y nadie quiere eso. Testimonio #21 Se da una información tranquilizadora sobre los métodos anticonceptivos hormonales y los médicos ni siquiera dedican un minuto a explicarte lo que le harán a tu cuerpo. Porque aportan más beneficios que riesgos, ¿no? Sobra decir que todo esto también tiene detrás unos intereses claramente económicos por parte de las empresas farmacéuticas. No interesa informar sobre sus efectos porque eso significa que dejarían de consumirlos. Pero el tiempo está dejando claro que no nos vamos a callar, que vamos a seguir denunciando todo esto y, si nadie pone los medios para terminar con esta situación, los pondremos nosotras. Gracias a todas las que compartisteis vuestras historias. Juntas somos más fuertes.