
Lee Krasner: una de las artistas olvidadas del expresionismo abstracto americano

Ella es recordada como la mujer y la viuda de Pollock. Ambos fueron figuras claves dentro del movimiento del expresionismo abstracto americano, sin embargo, a día de hoy se recuerda mucho más la labor de él que la de ella.
Krasner nació en Brooklyn, en 1908, en una familia de origen ruso-judío. Su formación se dio en el estudio de Hans Hofmann, quien le influiría notablemente en su carrera introduciéndola en el arte abstracto europeo.
El trabajo de Krasner siempre fue minusvalorado y el hecho de ser mujer no le facilitó las cosas. Llegó a firmar sus creaciones con sus iniciales L.K. para protegerse de los prejuicios machistas que sufrían las mujeres en el mundo del arte. El movimiento del expresionismo abstracto ignora así en muchas ocasiones a las grandes creadoras de este, como Krasner, o Helen Frankenthaler, Joan Mitchell, Grace Hartigan, entre otras.
Aunque Pollock sea actualmente más reconocido que Krasner, lo cierto es que cuando ambos se conocieron, ella era más famosa que él. En 1940, Lee Krasner exponía su obra junto a autores conocidos, como Rothko o Kooning, que serían conocidos más adelante como la Escuela de Nueva York. Sin embargo, cuando Lee comienza su relación con Jackson, ella abandona su carrera profesional para centrarse en la de él, consciente probablemente de los problemas que suponía ser artista y mujer.
Ambos estuvieron juntos catorce años. Ella se volcó de lleno en la carrera de él y esto se puede ver en la escasez de cuadros de ella durante los años que estuvieron juntos. La relación que mantenían era más parecida a la de madre e hijo que a la de una pareja. De hecho, nunca tuvieron hijos porque Krasner no era capaz de asumir más responsabilidades que las que le traía su relación con Pollock. Relegó su arte para cumplir con lo que se esperaba de ella, ser una buena mujer y ayudar a su marido en un momento de su vida profundamente marcado por el alcoholismo.
Así que promovió el arte de su marido con sus contactos pero cuatro años antes de la muerte de su marido, Krasner comenzó a prestar atención a su imagen como artista por lo que es en 1955 cuando hizo una exposición individual en la Stable Gallery, en Manhattan, en la que obtuvo un gran éxito.
La relación entre ambos no iba bien. Krasner soportó maltrato y aguantó en una tóxica relación hasta la muerte de su marido en un accidente de tráfico en 1956. A partir de entonces Krasner dejó de vivir bajo la sombra de su marido aunque el reconocimiento internacional tardaría en llegar. No sería hasta el movimiento de la Segunda Ola Feminista que la figura de la mujer artista se comenzaría a reivindicar y con ella conseguir que el mundo conociera el trabajo de Lee Krasner.

