
Cómo educar en el feminismo por Chimamanda Ngozi Adichie
En anteriores artículos hablamos sobre una de las mujeres más reconocidas dentro del feminismo africano actual y escritora de diversas novelas de éxito, Chimamanda Ngozi Adichie. El 12 de octubre de 2016, Chimamanda contestó a través de un post en Facebook a la pregunta que su amiga Ijeawele le planteaba: ¿Cómo puedo educar a mi hija para que sea feminista? Y posteriormente, en 2017, aquella respuesta online se transformó en el libro Querida Ijeawele. Cómo educar en el feminismo, publicado por el grupo editorial Penguin Random House.
En este breve libro de noventa páginas, Chimamanda plantea quince sugerencias a tener en cuenta para poder criar a una hija de forma feminista, siendo consciente de que en sí la crianza de cualquier hijo no es tarea fácil. A pesar de que muchos de sus consejos se basan en el mero sentido común y en enseñanzas tan básicas, como el respeto por los demás, una educación feminista no es algo sencillo. Esto se debe a que, como todo en el feminismo, exige una deconstrucción previa de la persona que va a educar, cuestionar la sociedad y desaprender muchas cosas que se interiorizan desde la infancia.
Pero por muy complicado que parezca, con ejemplos del día a día, cercanos, claros y directos, Chimamanda consigue sintetizar su pensamiento feminista y aquí os traemos algunas de sus propuestas:
“No te definas únicamente por la maternidad, que te guste lo que haces es el mejor regalo para tus hijos”. Son muchas las mujeres que, bien obligadas por su entorno directamente o por lo que aprendieron de pequeñas indirectamente, dejan su trabajo para dedicarse exclusivamente a ser madres. Descuidan así su vida personal y aquello que les hace felices. Chimamanda pide que se rechace la idea de que “maternidad y trabajo se excluyen mutuamente”.
“Hacedlo todo juntos”. Es común que sean las mujeres quienes terminen encargándose de las tareas domésticas, cuando debería ser un reparto igualitario y para ello Chimamanda reivindica que se abandone la idea de: no, si mi marido me ayuda mucho en casa. Los padres no deben colaborar solo en ocasiones, ni recibir gratitud o alabanza cuando lo hagan, los dos tiene que hacer lo mismo, pues, como dice Chimamanda, “ninguna mujer debería ser madre soltera a menos que lo sea de verdad”.
“Enséñale a tu hija que los roles de género son una solemne tontería. No le digas nunca que haga algo o deje de hacerlo porque sea una niña”. No valoremos a nuestras hijas de acuerdo con lo que debería ser una niña, sino como un individuo, como la mejor versión de si mismas, dándoles espacio para que alcancen todo su potencial.
“Enséñale a cuestionar el lenguaje, pero para enseñárselo tendrás que cuestionar tu propia lenguaje”. Por ejemplo, no es lo mismo decir ya eres mayor para buscar marido, que decir: ya eres mayor para buscar trabajo.
“Enséñale a rechazar la obligación de gustar”. No es cuestión de que nunca le digamos a nuestras hijas que, si no hacen esto o lo otro, nunca tendrán pareja ni gustarán a nadie, aunque no realicemos estas imposiciones la sociedad se las apañará para lanzar este mensaje. De manera que al igual que se aprende a sumar y restar, hay que contrarrestar estas ideas y, de verdad, trasmitirles a nuestras hijas que no son objetos, que no deben competir contra otras mujeres por agradar a un chico y que no tienen que encajar en ningún canon. “Protégela de la posibilidad de mirarse al espejo con desagrado”.
Enseñemos a cuestionar cuando la sociedad use la biología como justificación de normas sociales. “Las normas sociales las crean los seres humanos y no hay ninguna norma social que no pueda cambiarse”.
“Háblale de sexo y empieza pronto”. Muchas personas desean tener hijos que les cuenten todo sobre su vida y, sin embargo, no les dan un lenguaje con el que poder hacerlo. Para ello es importante usar un vocabulario que no tenga una connotación negativa o de vergüenza, como, por ejemplo, al hablar de la menstruación o los órganos sexuales.
Estas son solo algunas de las quince recomendaciones que Chimamanda mandó a su amiga y que ella misma como madre se propuso para lograr criar a una hija valiente, repleta de opiniones, de mente abierta, sin miedo a decir que no, que entienda el mundo y pueda expresarse siempre.
Esto no solo se aplica a madres e hijas, pues podemos compartir cualquiera de estas reflexiones con aquellas hermanas, primas, sobrinas, nietas y amigas que haya a nuestro alrededor. Pues el feminismo empieza desde la educación y esto solo será posible hablando, escuchando, aceptando y mostrando ejemplos que desde niñas las mujeres puedan seguir.
El libro se puede encontrar en España en numerosas tiendas físicas, desde FNAC hasta La Casa del Libro, o comprarse en tiendas online.

