
¿De verdad son empoderantes los nudes?
Los últimos años hemos asistido claramente a un auge de los nudes. Si no sabes lo que son, yo te lo cuento. Realmente no es complicado, son fotos de alguien desnudo o semidesnudo, que suelen subirse a las redes sociales o bien enviarse por privado a otra persona. Sin más.
Ahora bien, ¿qué narices pinta todo este tema de hacerse fotos desnudo con el feminismo? Pues mucho. Si hemos visto estos años cada vez más fotografías de mujeres con poca ropa en nuestras redes sociales, no es por otra cosa que por el feminismo. Se ha hablado en numerosas ocasiones de lo empoderador que puede ser hacerse fotos a una misma con poca ropa, pero se está dejando en el olvido algo fundamental: los problemas que ello acarrea.
Desde pequeña te enseñan, a través de la publicidad, que tu cuerpo no es válido porque tienes estrías, michelines o pelo en las piernas. Debido a ello, desde el feminismo se han planteado los nudes como una forma de empoderamiento de la mujer, bajo el lema de «es mi cuerpo y puedo hacer con él lo que yo desee«. Así pues mujeres de todo el mundo han decidido envalentonarse y subir fotografías de sus cuerpos desnudos, instando a las demás a hacer lo mismo como una forma de aceptación del propio cuerpo.
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Este planteamiento no está del todo equivocado. Gran parte de la construcción de la autoestima pasa por aceptarse a una misma, desde todos los ángulos del prisma. Y la fotografía puede ser una herramienta útil por la que empezar. Puede que tu cuerpo no se ajuste a lo normativo, siendo honestas es bastante difícil, pero el reto es amarte a pesar de todo eso que siempre te han dicho que estaba mal en ti. Puede pues ayudarte a aceptar tus pechos caídos, tus caderas pequeñas, tus piernas cortas o tus granos en las mejillas.
Sin embargo, el empoderamiento a través de los nudes es un arma de doble filo. Durante estos años han sido tantas las que se han sumado a este movimiento que estamos enfrentándonos a una falta de reflexión ante los problemas que tenemos hoy, sobre todo con chicas y niñas de entre 11 y 17 años. Han recibido un mensaje, no equivocado, pero sí incompleto.
Puede que subir fotos con poca ropa te empodere y te ayude a aceptarte tal y como eres, pero realmente no estas haciendo más que calcar un modelo de cuerpo. Es decir, no subimos nudes de cualquier forma. La pose es forzada, metes tripa, sacas culo, curvas la espalda, y todo para ajustarte al modelo de cuerpo que ves en redes sociales.
Estamos utilizando los nudes como arma de empoderamiento pero únicamente simulando el modelo de mujer normativo. Nos valemos de las reacciones de terceros al verlas, buscamos la aceptación que no tenemos dentro de nosotras en los demás. Cuando subes un nude, necesariamente te hipersexualizas y te cosificas porque, desgraciadamente, no acabamos con el patriarcado subiendo una foto en lencería.
Hemos «empoderado» a niñas a calcar el modelo de mujer antes que a amarse a sí mismas, liberarse de sus complejos y aceptarlos plenamente. Las hemos «empoderado» con una clara falta de reflexión e instado a seguir alimentando un sistema que usa nuestro cuerpo como objeto de consumo. Así que, yo te lanzo la pregunta, ¿de verdad empoderan los nudes o son solo una forma nueva de buscar aceptación ajena (sobre todo masculina) y seguir perpetuando un modelo de mujer imposible?
Basta de reproducir el discurso de que «una mujer puede mostrar todo lo que quiera, a quien quiera y como quiera» porque efectivamente es cierto, pero no se puede quedar ahí. Hay que analizar por qué solo se muestra lo que se muestra, por qué las poses son tan obviamente forzadas, por qué hay niñas de doce años subiendo fotos en lencería.
No, los nudes no son empoderantes. Es hora de que dejemos de asumirlos como tal. Es nuestro cuerpo y nosotras decidimos, pero tenemos la responsabilidad como colectivo de observar qué modelo de mujer estamos reproduciendo. Y no, tampoco es culpa de todas aquellas que han subido nudes. No tienen la culpa de reproducir lo que el sistema les ha enseñado durante toda su vida. No es momento de buscar culpables, es momento de buscar soluciones, cambiar el enfoque y trabajar para que las futuras (y presentes) generaciones de mujeres se amen a pesar de todo.

