
Paula Ferraz, cantautora y nueva colaboradora de Las Gafas Violetas

Volar, volar, volar. Paula Ferraz (o Paula Morais) se pasa la vida volando entre canciones y cambios vitales. Malagueña de nacimiento y cantautora por pasión, ya cuenta con un disco a sus espaldas –Changes-, e innumerables proyectos venideros en los que plasmará sus vivencias, inquietudes y protestas. Paula viene para quedarse, pues a partir de ahora formará parte del equipo de Las Gafas Violetas. No solo pretende diversificar aún más el contenido con su voluntad combativa, sino darle ritmo y musicalidad a cada rincón de la revista.
Feminista, cantautora y risueña. Así es Paula Ferraz y así nos lo cuenta.
¿Cómo empezaste con la música?
Empecé desde muy pequeñita con la música clásica, aprendí a tocar piano. Me metí al conservatorio y, en total, hice diez años. Cuando estaba en cuarto, o sea, a los 12 años, encontré una guitarra en casa que era de mi madre. Me puse a trastear un poco y así fue como aprendí a tocarla. A los 14 años monté un grupillo con gente del colegio. Aprendí un poco a cantar por encima del sonido de los amplificadores. Luego, cuando ellos se fueron a la universidad, empecé a hacer mis covers pop y a intentar componer ya sola con la guitarra. Así que ha habido varios inicios solapándose.
¿Tu madre tocaba?
Mi madre tocó cuando era joven y luego dejó de tocar porque se rompió la muñeca. A mí nadie me enseñaba sobre música, no hay músicos en mi familia.
¿Ha influido tu familia, de alguna manera, en que te interesara la música?
En general se escuchaba música en mi casa pero no tengo un recuerdo de ‘‘fue este grupo’’ o ‘‘fue este otro’’, aunque sí que es cierto que mi padre me descubrió algunos artistas. Pero el hecho de entrar a clases de piano fue porque estaba mi mejor amiga que se quería apuntar. Entonces, con 5 añitos, quería pasar tiempo con mi mejor amiga y dije, pues voy a entrar a clases de piano.
¿Tuviste muchos referentes musicales femeninos mientras crecías?
La verdad que sí. Escuchaba mucha música de voz masculina, pero había bastantes referentes femeninos. Amaral, La Oreja de Van Gogh o Within Temptation, que es uno de mis grupos favoritos de siempre. Cuando llegué a Madrid, Carmen Boza.
Hablando de Madrid, del presente, ¿cuáles son tus referentes femeninos?
Carmen Boza, para empezar. También artistas que he ido descubriendo casi por azar. Últimamente me gustan mucho Alice Wonder, Iseo, Sara Bareilles. En definitiva, muchas artistas que también componen.
Hace poco has sacado tu primer disco, Changes, ¿cómo lo definirías?
Veamos. Ha sido un viaje por momentos concretos de mis primeros dos años en Madrid, desde el momento en que me fui de casa hasta aproximadamente dos años después. Entre marzo de 2015 y diciembre de 2016, es decir, mis primeros tiempos en Madrid y lo que me pasaba. Habla bastante de la nostalgia, de decisiones y cambios.
Tocaste en el orgullo de Ciudad Lineal, ¿cómo contactaron contigo? Era tu primera vez tocando en un acontecimiento así.
Una amiga de una amiga sabía que yo tocaba, es más, habíamos coincidido en un micro abierto. Estaban buscando el perfil de cantautor que pudiese tocar algún acústico se acordaron de mí y me contactaron.
Te anunciaron en el cartel como cantautora feminista. ¿Estás de acuerdo con la etiqueta?
Sí. Hay una cosa curiosa y es que la gente me decía: ‘‘pero es que tú no cantas sobre feminismo’’. Y yo me defendía diciendo que puedo ser cantautora y feminista. Existen varias formas de entenderlo, yo puedo ser una cantautora que canta sobre feminismo o yo ser cantautora, cantar sobre lo que quiera, pero siempre defendiendo el movimiento.
Entonces, ¿diría que tus letras no hablan de feminismo como esa mirada feminista está dentro de ellas?
Sí, y al final cada uno interpreta la canción como quiere y creo que hay varias canciones que podrían tener una lectura feminista. No es explícito, pero siempre está ahí esa forma de ver las cosas en todo lo que hago en general.
¿Piensas que la representación dentro de la esfera musical de mujeres es ya de por sí feminista?
El hecho de que yo sea mujer no quiere decir que vaya a ser feminista, pero a mí me parece que es beneficioso para el movimiento. Al final lo que buscamos es que no se discrimine por cuestión de género. Cuantas más mujeres haya en la música, menos diferencias va a haber cuando un niño diga ‘‘quiero ser cantante’’ o ‘‘quiero ser guitarrista’’, que es peor, o sea, se ve más raro. Entonces, estaría bien que esas mujeres dentro de la industria tuvieran perspectiva feminista, sí, pero el que no la tengan, no. Pero, aunque no la tengan, están haciendo un favor al movimiento ‘‘sin querer’’ porque al final, aunque ellas no tengan esa intención, otras niñas que sigan su ejemplo pueden tenerlo.
Tus letras no son letras reivindicativas, no haces canciones protesta. Pero hemos visto que siempre te presentas con una bandera LGTB en tu guitarra.
Mis canciones no son de protesta, no son reivindicativas, pero sí hay varias que yo las veo como un punto de reivindicación individual a nivel de ‘‘me da igual que me digáis lo que tengo que ser, yo voy a ser lo que quiera ser’’. Básicamente nadie va a marcar mi camino, lo tengo que marcar yo. Y lo de la bandera es una cuestión de visibilidad. Es necesario que sea visible para que la gente vaya normalizándolo.
Enlazando con la pregunta anterior sobre el papel de mujeres en la esfera musical, ¿qué papel piensas que tiene la música en el feminismo?
Como cualquier forma de arte, es una forma de expresar cosas, las canciones tienen mensaje. Hay muchas que se han convertido en himnos del feminismo.
Hablas de himnos feministas. Hoy en día la música tiende a ser muy efímera, sobre todo dentro de los géneros más comerciales como el pop. ¿Qué opinas de los distintos géneros musicales?
Yo he sido muy de juzgar, en el pasado juzgaba mucho por el género musical. Es algo de lo que me arrepiento. Al final, que cada persona que escuche lo que quiera. Hay géneros que te pueden gustar más, otros que te pueden gustar menos, pero un género no tiene por qué ser mejor que otro en sí. Puede que haya canciones mejores que otras, o que llegan más o que aportan más a la sociedad.
¿Crees que un género puede ser más machista que otro?
Por ejemplo, se dice mucho del reggaetón. Mucho quejarnos del reggaetón y luego Guns N’ Roses tienen una canción que dice ‘’Yo la quería pero tuve que matarla’’. En el rock puedes encontrar el mismo machismo solo que se perdona bastante. Al final lo que es machista o no es la letra. La letra puede estar en cualquier género. Es una cuestión de qué pretenda el autor, independientemente del género.
Últimamente en las listas de éxitos se escuchan muchísimos nombres femeninos, es un fenómeno que ha ocurrido de un año para otro. ¿Tú crees que de verdad eso refleja la situación en la música, crees que las mujeres tienen las mismas oportunidades que los hombres?
Depende. Ha habido muchas voces dentro de la escena un poco más alternativa que han hablado de esto, por ejemplo, Belako o Carmen Boza. Se asocia la figura de la mujer a la que canta triste porque le han roto el corazón y a la que canta sexy y es icono del pop, son los estereotipos. Y si, por ejemplo, hay una chica que toca la batería, se sale un poco de la norma. Pero la mujer está empezando a salir de esos roles que se le han asignado dentro de la música, cada vez se ven más mujeres detrás del escenario en el equipo técnico. Y empiezan a abrirse un poco las cosas que pueden hacer.
Tú te mueves por un entorno concreto, ¿existe representación realmente?
Yo me muevo por una escena más underground, por así decirlo. Sí que veo muchas mujeres, hay bastante igualdad. En ningún momento me he sentido menospreciada por ser mujer en el ambiente en el que me muevo.
Aunque no te hayas sentido menospreciada, ¿conoces casos de compañeras que sí hayan sufrido ese menosprecio?
La cantante de Belako contaba cómo en una crónica periodística sobre un concierto habían empezado a comentar cómo iban vestidas las chicas del grupo y de los chicos no dijeron nada de su vestimenta. ¿Por qué se habla de cómo ellas visten y ellos no? Sé que hay casos de ‘‘toca muy bien para ser mujer’’, eso todavía se oye. Debería oírse cada vez menos. Tengo esperanza en que poquito a poco se vaya quitando esa manía.
¿Futuros proyectos, estás trabajando en algo? ¿Crees que vas a explorar una línea musical de protesta o más social?
En los últimos meses he hecho un parón de escribir, pero poco a poco veo que me van indignando más ciertos temas y creo que saldrán letras al respecto. Al final, me he vuelto más crítica en comparación a cuando escribí las canciones de Changes y me afectan más cosas que no tienen que ver con mi entorno directo. Es un objetivo intentar meter un poco de mensaje social en las canciones.

