
Manual del violador, un error de los medios de comunicación
En los últimos veinte años el narcotráfico y el consumo de drogas han ido en aumento. Según los informes de la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) mientras que algunos mercados de las drogas más consumidas en el mundo como el cannabis o la heroína se han mantenido estables o incluso han disminuido, drogas como la cocaína, las anfetaminas o el éxtasis siguen expandiéndose cada año.

Desde 2008, la Junta de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU lleva avisando de la popularización cada vez mayor de las llamadas “drogas de club”. Es decir, aquellas que normalmente son distribuidas en lugares de fiesta y que desde hace años se llevan empleando para cometer abusos y violaciones.
Estas se caracterizan por no tener color, sabor u olor; son difíciles de detectar; son fáciles de suministrar echándolas en las bebidas; y, en general, todas tienen efectos parecidos, tales como: somnolencia, dolor de cabeza, mareos, desorientación,visión borrosa por dilatación de la pupila, ceguera transitoria, sequedad en la boca lo que dificulta tragar y hablar, dolor en el pecho, temblores, problemas para respirar, náuseas, vómitos, desmayos, convulsiones, relajación muscular o incluso amnesia, pérdida de conciencia, percepciones distorsionadas de las imágenes y los sonidos, y sensación de estar soñando.
De tal forma que si has salido, bebido y si sientes alguno de estos efectos, no pienses que es que «la copa te ha sentado mal». Algunas de estas drogas hacen efecto muy rápidamente, así que en cuanto sientas algo inusual, más allá de malestar en el estómago o mareo, no esperes y busca ayuda. Si notas un sabor salado o amargo en tu copa, pide que te la cambien o deséchala. Si has ingerido cualquier sustancia involuntariamente, antes de que pueda empeorar la situación, pide a alguien de confianza que te lleve al hospital, ya que en grandes cantidades estas drogas pueden acarrear graves consecuencias como paradas cardiorespiratorias o entradas en coma.
La cuestión es que queremos sentirnos seguras y no valientes cuando salimos de fiesta, bebemos o hacemos vida normal. No deberíamos tener que llevarnos la copa al baño; apuntar con la linterna del móvil al camarero para ver cómo abre la botella delante nuestro; ni tener que estar pendientes de que nos echen algo en ella.

Sin embargo, hasta que poco a poco la sociedad avance y desde la educación y la justicia se tomen las medidas suficientes para que esto deje de ocurrir, tendremos que seguirnos protegiéndonos a nosotras mismas y entre nosotras.
De hecho, ya hay numerosos inventos en el mercado o en desarrollo para detectar este tipo de drogas en las bebidas, como por ejemplo: KnoNap, una servilleta que al mojarla con la supuesta bebida cambia de color ante la presencia de drogas; o Undercover Colors, un pequeño dispositivo en el que con solo una gota de bebida veremos aparecer una marca o dos en función de si hay sustancias tóxicas o no. Estos inventos se encuentran en la línea de la ropa que no se puede desgarrar, cinturones difíciles de quitar y multitud de apps de alarma. Todos ellos pueden salvar vidas, pero que al final demuestran cómo la responsabilidad sigue cayendo sobre las mujeres.
Cabe destacar que la mayoría de estas drogas desaparecen a las pocas horas del cuerpo. De manera que si te despiertas y no recuerdas qué te ha podido pasar, ni cómo has llegado a un lugar, sientes dolor en determinadas zonas del cuerpo como la vagina, el cuello, los pechos, los brazos o las ingles, o tu ropa está rasgada acude inmediatamente a un hospital. Aunque sea desagradable no orines, no te duches, no te cepilles los dientes, no te cambies de ropa ni bebas o comas algo y no limpies el lugar donde crees que pudo suceder la violación pues podrías eliminar pruebas. Al personal del hospital se les todo lo sincera que puedas, no sientas vergüenza porque aunque hayas tomado alcohol o drogas, una violación no tiene justificación.

Por último, cabe decir que si eres una de las muchas personas que llevas leyendo a Las Gafas Violetas desde hace un tiempo, no estás sufriendo un déjà vu, efectivamente un artículo muy similar a este fue publicado hace un año en la revista. La razón de volver a divulgarlo es que al anterior contenía más detalles acerca de este tipo de drogas.
Algunas de las redactoras de la revista se dieron cuenta de que al artículo titulado «Rape drugs, cinco drogas usadas por violadores» no accedía gente para saber cómo detectarlas y evitar tomarlas, sino para averiguar cómo obtenerlas y de qué forma usarlas. Varios de los criterios de búsqueda con los que se había accedido al artículo eran «drogas para dormir mujeres» o «cómo drogar a una mujer para tener sexo».
Por ello decidimos eliminar cualquier dato que pudiera ser aprovechado con estos fines y como medio de comunicación no favorecer la creación de un «manual del violador». Son muchos los medios que cometen el error de hacer programas o publicaciones acerca de cómo se cometen asesinatos, suicidios o atentados, lo que puede dar lugar a un «efecto imitación«. En definitiva, como profesionales debemos plantearnos si nuestra información es útil y relevante o por el mero hecho de querer obtener visitas terminamos ocasionando más daño del que ya está hecho.
Fe de errores de Carmen Moracho González, redactora de Las Gafas Violetas

