
«I Weigh»: nuestro peso en logros y virtudes
¿Cuánto nos valoramos a nosotras mismas? ¿En qué nos fijamos para hacerlo? Estas son algunas de las preguntas que están detrás del podcast “I Weigh” (en español “yo peso”), de la actriz, presentadora de radio y televisión y modelo británica Jameela Jamil. Cada episodio es una conversación de alrededor de una hora con personalidades de distintos ámbitos. Entre las personas entrevistadas podemos encontrar nombres conocidos como Gloria Steinem, Caitlin Moran, Reese Witherspoon o Demi Lovato, entre muchos otros.
“I Weigh” es también el nombre del movimiento iniciado en redes sociales en 2018 por la actriz para luchar contra los prejuicios y la presión que generan los cánones de belleza. Creó la cuenta de Instagram tras ver una publicación en esta red social mostrando el peso de las hermanas Kardashian y reduciéndolas a un número. Subió una foto suya enumerando las cosas que la definían, y ese 16 de marzo la cuenta se llenaba de publicaciones en las que otras mujeres hacían lo mismo.

Eran personas con distintas historias, cuerpos y formas de valorarse: hermana mayor, luchadora, superviviente, amante de los gatos, reina del bricolaje, buena persona, aventurera, queer, sonriente, feminista, con el superpoder de la empatía, lectora voraz, amiga… Al final, el mensaje era precisamente ese: valora lo que eres, eres mucho más que tu físico.
Este mensaje contrasta con la publicidad de productos adelgazantes enfocada a mujeres jóvenes que encontramos también en redes sociales y que Jamil critica activamente. Hay anuncios de influencers que afirman que es posible tener un físico como el suyo sin tener en cuenta la posición de privilegio desde la que hablan, ya que muchas tienen entrenador personal, tiempo para planificar y preparar una dieta muy concreta, tiempo para hacer deporte, dinero (o seguidores en redes sociales) para comprar todo tipo de productos de belleza… Esas cosas sin las que no puedes tener el mismo físico que ellas, pero que se les olvida mencionar cuando te recomiendan esos productos.
Las consecuencias de la presión social por encajar en un canon de belleza van desde la baja autoestima hasta los transtornos de conducta alimentaria, que son mucho más comunes entre la población femenina. Nuestros cuerpos son juzgados y analizados al detalle, generando inseguridades que nos frenan. Por eso es tan importante encontrar formas de disminuir esa presión y aprender a sentirnos cada vez más cómodas en nuestros cuerpos. Fijarnos en todo lo que somos más allá del físico puede ser un buen punto de partida.

Escuchar a otras personas hablar de sus historias nos puede ayudar a reconciliarnos con la nuestra, a encontrar inspiración o las fuerzas que nos faltaban. Nos puede hacer reflexionar y plantearnos cuestiones que nunca antes habían pasado por nuestra mente. A mí me pasó cuando escuché a Caitlin Moran hablar de cómo es luchar contra el trastorno de conducta alimentaria de una hija, o cuando Billy Porter hablaba de lo importante que es que se cuenten historias que antes estaban silenciadas. O cuando Gloria Steinem hablaba de su activismo y del camino que nos queda por recorrer. En cada episodio, Jameela y la persona entrevistada comparten sus miedos, sus logros, sus inseguridades y sus virtudes. A veces dudo incluso si recuerdan que están grabándose o se han dejado llevar por la conversación hasta olvidarse de la audiencia, aunque es cierto que soy bastante ingenua en estas cosas. Al margen de esto, se puede aprender mucho de las historias que cuentan.

La parte más importante de cada episodio, para mí, es cuando antes de terminar Jameela le pregunta a la otra persona qué es lo que pesa. No en kilos, sino en cualidades como las que compartía tanta gente en las publicaciones de la cuenta de Instagram de I Weigh. Me recuerda al balance que hacemos cada año antes de que se acabe, en el que a veces nos sorprende recordar cosas que estaban casi oilvidadas. Pararnos a pensar sobre nuestro valor como personas es un ejercicio que probablemente deberíamos hacer más a menudo. Sin duda, nos prepararía para aguantar mejor cuando vengan golpes de fuera.
Me parece lógico acabar este artículo respondiendo a esa pregunta, así que aquí voy: yo peso mi capacidad de aprender, mi relación con mi familia, amistades y pareja, mi música, mis proyectos, mi empatía y mi voluntad de ayudar.
Y tú, ¿qué pesas?

