
Testimonio #28
Cuando tenía 13 años, sentía mucha vergüenza de mi cuerpo. Había pasado de estar muy delgada a desarrollarme muy rápido y me avergonzaba enseñar las piernas o ponerme bikini por lo que fuera a decir. Un día un familiar organizó una fiesta en la piscina, a la que fue mucha gente. Recuerdo salir en bikini muerta de vergüenza y uno de los primeros comentarios fue de un hombre de unos 40 años. Me miró de arriba a abajo y me dijo: madre mía, cómo estás, te van a poner mirando para Cuenca muy rápido.
Me pasé casi todo el verano yendo en pantalones largos porque el asco que sentí aquel día pudo conmigo. Yo solo tenía 13 años. La cultura de la pederastia está mucho más cerca de ti de lo que crees. Son hombres cercanos a tu familia, con comentarios que incitan a sexualizar a las niñas. Por que yo solo era eso, una NIÑA. Esto también es acoso.
Anónima
Recomendación violeta: Estoy harta de escuchar que debería estar agradecida. Agradecida porque los hombres me consideran lo suficientemente buena para ellos y por eso me «piropean», porque eso significa que aceptan mi cuerpo y mi apariencia y que, además, la disfrutan. Como si yo fuera un objeto de disfrute, como si yo necesitara sus comentarios para sentirme válida y aceptada – Artículo Los hombres que piropeaban a las mujeres

