Espacio seguro

Testimonio #31

Mi primo abusó de mí, me refiero a tocamientos indebidos por parte de alguien que, encima, estuvo toda mi vida viviendo en mi casa. Recuerdo lo doloroso que fue cuando mis padres se enteraron, dejaron que se quedara en casa y lo trataron como a un hijo básicamente. Todavía lo tratan así. No les importó hasta mis 12 años que descubrieron que me cortaba. Les dije era por él y que me dolía mucho ver como él era el «hijo perfecto» (así le decían) porque era inteligente y «buena persona».

Lo que mis padres hicieron al enterarse de eso fue gritarme e insultarme, minimizaron mi problema diciendo que «no era nada» y que todos habíamos pasado por eso. Nunca hicieron nada, es más lo querían traer de nuevo, pero a mi madre creo que le dio pena o algo y le dijo a mi tía (su madre) lo que había pasado. Al final, no volvió a esta casa, supongo que es algo bueno, pero ¡por dios! qué impotencia y vergüenza sentí cuando mi madre me dijo que se lo había dicho a mi tía. Hasta ahora, mi familia lo minimiza mucho, dicen que es una ridiculez.

Dejando de lado esto, obviamente mi tía le dirá algo a este sujeto y le preguntará si es verdad. Tengo miedo de saber qué va a pasar ahora, sobre todo, si dice que no es cierto y mi familia le cree, aunque tampoco sé qué hacer si lo admite. Solo siento que será muy vergonzoso para mí y ni siquiera sé por qué, solo me da vergüenza y miedo.

Anónima

Recomendación violeta: Enseñamos a los menores a tener cuidado con los extraños pero la realidad nos indica que el mayor riesgo proviene de personas conocidas. En el caso de las niñas, los abusos se suelen dar en una edad muy temprana, entre los siete y los nueve años, y el abusador suele formar parte del entorno familiar – Artículo Cinco mitos sobre el abuso sexual a menores

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