Quienes somos
Las gafas violetas es la expresión utilizada para referirse al hecho de observar, analizar, interpretar o entender algo desde una perspectiva feminista. Y es también el nombre de la revista en cuyas páginas te encuentras ahora mismo.

Cinco jóvenes periodistas nos hemos juntado para dar vida a este espacio donde queremos crear un contenido de calidad desde la perspectiva feminista y conseguir hacer reflexionar a las personas que nos lean.
Prometemos trabajar bajo los siguientes principios:
«Transmitir cultura; trabajar con transparencia, siguiendo los fundamentos del buen periodismo en cuanto a honestidad, veracidad e independencia; utilizar un lenguaje inclusivo y no sexista; y dar voz y contactar con aquellas personas que sean los protagonistas de nuestros temas, artículos y trabajos»
Buscando siempre la calidad en el relato de todo aquello que publiquemos, queremos visibilizar y denunciar las injusticias que se cometan en nuestra sociedad; escuchar y dar a conocer a las personas ignoradas; y en definitiva, apoyar a la lucha feminista como periodistas, escritoras, fotógrafas, investigadoras, y mujeres.
El equipo
Carmen Moracho

Apasionada de la vida, espíritu crítico de periodista, alma de escritora y pasado de actriz.
Tengo especial habilidad para la la organización y la coordinación del trabajo en equipo. Soy amante de pasarme horas investigando sobre un tema, aunque aspiro a lograr se más eficiente que eficaz.
Soy persistente, o cabezota según quiera mirarse, virgo, vegana y feminista, aunque en mi vida estas palabras son mucho más que etiquetas.
Pretendo descubrir la verdad, denunciar las injusticias, aprender de la experiencia, escuchar, preguntar, indagar, estudiar, leer, y convertirme en una viajera del conocimiento.
Por mucho que me planifique, no sé qué aventuras me deparará la vida, pero lo que si tengo muy claro es que haga lo que haga, quiero hacerlo bien, trabajando con pericia, honradez y dedicándole toda la pasión y entusiasmo que pueda tener.
Alex Herrera

No se me da especialmente bien hablar de mí y puede que tampoco tenga certezas sobre nada. Eso sí, me intereso por todo.
Digamos que vivo indignada por la vida y me cabreo por muchas cosas. Siempre me estoy quejando y en proceso de construcción, deconstrucción y autoconciencia.
Cuando dejo de estar enfadada con el mundo suelo estar delante de algún pasaje de un libro, jugando el videojuego indie de turno, devorando la serie más dramática de Netflix o tomando Nesquik con The Smiths de fondo.
Ah, de pequeña me creía guay y quería ser astronauta. Al final tuve que conformarme con ser comunicadora audiovisual (aún en proyecto…).
Natalia Moldón

Esta mañana llamé a mi madre para preguntarle cómo me definiría. Parece ser que esas cosas no se le preguntan a una madre, porque no son imparciales, o eso me cuenta. Dice que soy muy estudiosa y responsable aunque yo me siento más cómoda con la etiqueta de desastre. Tímida a más no poder (aquí tiene razón), por eso lo de hablar no se me da muy bien.
Paula Morais

Cuando canto me llamo Paula Ferraz. Tengo muchos pájaros en la cabeza y soy experta en procrastinar y en saber muy poquito de muchas cosas, pero si algo tengo desde siempre son ganas de aprender.
También sueño con ser mujer orquesta y dar la vuelta al mundo. Me gusta contar historias y ver el mundo a través de una cámara.
Optimista y desastre a partes iguales, hago todo lo que puedo por ayudar a mejorar el mundo, más aún desde que me puse las gafas violetas.
Irene Vega Medina

Me llamo Irene Vega Medina, sí con ambos apellidos porque mi madre me llevó en su vientre durante nueve meses y luego me tuvo que parir.
Me dedico a esto de escribir porque me encanta ponerle palabras a las historias de las personas que no tienen las herramientas para hacerlo.
Soy feminista, antirracista, queer y me sumo a cualquier causa que me parece importante para vivir en sociedad. Me cuesta no enfadarme y alterarme cuando creo que algo está siendo injusto.
Intransigente me llama mi madre, yo prefiero pensar que es porque soy Leo. Aunque sigo equivocándome y aprendiendo por el camino. Me encanta hablar, aunque soy extremadamente tímida (ansiedad social lo llaman ahora).
Me divierte hacer humor de mis traumas y considero que soy leal hasta más no poder. Quizás, por eso de la ansiedad, me gusta pensar que soy extremadamente eficaz, hasta niveles un poco enfermizos.
Vivo en perpetua terapia desde 2019, pero imagino que algún día acabaré de limpiar esas mierditas aprendidas.
Teo Martín López

De profesión indignado y escribo bajo los principios del periodismo ético y de calidad. Si me equivoco es porque soy humano y no tengo miedo a pedir perdón.
Concienciado con la causa feminista, invierto mucho tiempo en luchar por la igualdad.
Busco concienciar, educar e informar sobre lo justo y lo injusto sin manipular ni imponer.
Aún confío en el mundo y la gente buena que lo habita, por eso sigo peleando cada día.